Historia de Navidad
Historia de Navidad en Islandia
Al cabo de un tiempo, ella fue a revisar los apuntes de él y al reconocer su letra y notas bien organizadas le pareció mentira que se habría muerto y habría dejado todo aquel trabajo inacabado encima de la mesa, hasta su bolígrafo favorito estaba listo para escribir. Era como si solo por eso tuviera la obligación de volver, aunque nunca lo hizo.
Observó su lamparita de flexo, la forma como él la inclinaba hacia la mesa y, por supuesto, su taza de café con el platito debajo. Qué importaba ya. Le hizo pensar en la relatividad de los problemas. Aquello que lo había acongojado tanto ya no tenía sentido. Ella siempre le decía que no se iba a caer el mundo.
Miró por la ventana y vio a la gente y a los coches que seguían transitando por la calle, cada uno con sus propios problemas, algunos felices y otros enfurecidos, pitando.
A un señor con una barba negra, que pisó de pleno el excremente de un perro, lo oyó soltar un improperio y unos chavales, que empezaron a reírse, tuvieron que salir corriendo. Se rió, pero no pudo evitar que una lágrima rodara por su mejilla. Faltaban apenas unos días para Navidad y se dio cuenta que su mejor regalo ya no estaba.
Jordi Pujolà, autor de la novela Necesitamos Un Cambio.
2 respuestas a «Historia de Navidad»
Bonito. Muchas veces nuestros grandes vacíos son nuestros anhelos. La costumbre de saber que siempre se está resta importancia a la presencia. Pero.., cuando se está y ya no se suma de aprecia lo importante que se es en nuestras vidas. Un saludo Crack y que tus palabras manuscritas no dejen de volar…
Gracias poeta. Te veo pronto. Un abrazo!