Mis escritores favoritos 2: Mika Waltari. Sinuhé El Egipcio.

Voy a continuar con las citas de mis escritores favoritos. Ellos son los culpables de que me aficionase a la literatura y me convirtiese en escritor.

Sinuhé, el protagonista de «Sinuhé el Egipcio«, la novela insignia del finlandés Mika Waltari, fue desterrado a una isla desierta y ahí acabó sus últimos días hastiado de la humanidad. A mí la literatura también me ha llevado a otra isla (Islandia) y ahí acabé mi primera novela «Necesitamos Un Cambio«. La diferencia es que yo vine por convicción propia y que aunque somos pocos  (320.000 habitantes para 100.000 km2), no se trata de una isla desierta.

Me gusta Islandia, pero yo siempre me preguntó si yo le gustaré a ella y esa cuestión entraña mucho más significado del que pueda aparentar. Se podría decir que escuché nítidamente mi voz interior y por primera vez, decidí seguirla, ser fiel a mí mismo. Hay una gran diferencia entre pensar y actuar. Esa voz me dijo: «¿Quieres ser escritor…? ¡Pues hazlo!». Y por eso lo dejé todo en Barcelona y me vine aquí. ¿Por qué Islandia?. Por su misterio, su naturaleza y sus contrastes. Adoro los contrastes. Mi novela está plagada de obsesiones y contrastes.

Fue una apuesta de vida y por ahora todo indica que no me equivoqué, aunque siempre están las voces que te dicen que eres un inconsciente y el temor a que tengan razón. Sin embargo, esa voz nunca me ha traicionado. Siempre que la he escuchado, ha tenido razón.

La gente dice que cuando se me pasen los efectos de la novedad echaré de menos España, pero por ahora estoy disfrutando, escribiendo y fundiéndome en el paisaje con mi bicicleta (fotos en Instagram).

¿Queréis saber otro secreto? Los caimanes que Dan lleva tatuados en los antebrazos provienen de la comparación que hace Sinuhé del hombre y del cocodrilo del Nilo.

A disfrutar de Sinuhé:

» Yo, Sinuhé, hijo de Senmut y de su esposa Kipa, he escrito este libro. No para cantar las alabanzas de los dioses del país de Kemi, porque estoy cansado de los dioses. No para alabar a los faraones, porque estoy cansado de sus actos. Escribo para mí solo. No para halagar a los dioses, no para halagar a los reyes, ni por miedo del porvenir ni por esperanza. Porque durante mi vida he sufrido tantas pruebas y pérdidas que el vano temor no puede atormentarme y cansado estoy de la esperanza en la inmortalidad como lo estoy de los dioses y de los reyes.

Todo vuelve a empezar y nada hay nuevo bajo el sol; el hombre no cambia aun cuando cambien sus hábitos y las palabras de su lengua. Los hombres revolotean alrededor de la mentira como las moscas alrededor de un panal de miel.

En su maldad, el hombre es más cruel y endurecido que el cocodrilo del río. Su corazón es más duro que la piedra. Su vanidad más ligera que el polvo de los caminos. Sumérgelo en el río; una vez secas sus vestiduras, será el mismo de antes. He visto muchos cataclismos en mi vida, pero todo está como antes y el hombre no ha cambiado».autoretrato

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Gracias.

 

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