Cambio de vida: Entrevista al escritor Jordi Pujolà

Entrevista a Jordi Pujolà. Nos explica su radical cambio de vida.

Cambio de vida: El ejecutivo que cambió su BMW por una bicicleta

Entrevistadora. – Islandia. ¿Qué frío, no?
Jordi. – Bueno, lo mínimo a lo que nos ponemos en invierno ronda los -10 ºC., pero la ventaja es que a las 6 de la tarde ya todo el mundo está en su casa calentito; y a las 7, cenando. En Barcelona raramente cenaba con mi mujer y mis hijos. Además, cuando te vas a dormir ya no generas «Ama».
E. – ¿Ama? ¿Qué es eso?
J. – Es una sustancia tóxica que se genera en el organismo cuando no se hace adecuadamente la digestión.
E. – Tengo entendido que es usted yogui. ¿Influyó mucho eso en su cambio de vida? Me refiero a su decisión de dejarlo todo y partir hacia Islandia.
J. Probablemente fuese la combinación de muchos factores; pero siempre he tenido presentimientos agoreros, como el protagonista de mi libro, que me han hecho saltar del barco en el momento preciso. Por ejemplo: dejé de jugar al fútbol porque creía que me iba a lesionar, de ir en moto para evitar un accidente, etc. Pienso que la vida te da unos avisos que debes aprovechar antes de que ella empiece a realizar cambios por su cuenta; entonces son mucho más traumáticos. Por eso no hay que tratar de robar tiempo al tiempo. Llevamos un nivel de vida frenético y no pensamos en que las cosas más importantes son las que ya tenemos, como la salud, los amigos y la familia. La Tierra no para de girar, aunque no lo sintamos y la vida es un dado que se lanza a cada momento. Es irremediable que alguna tirada salga mal.

Cambio de vida. Entrevista a Jordi Pujolà antes de publicar su primera novela
Cambio de vida. Entrevista al escritor Jordi Pujolà: cambió el BMW por una bicicleta y se dedica a escribir novelas en Islandia.

E. -¿Cree en el destino?
J. -Por supuesto. El destino se puede cambiar. A veces sí, a veces no, pero se ha de intentar y aceptar. Tampoco es bueno nadar a contracorriente.
E. -¿Y el puesto de directivo en la inmobiliaria? A pesar de la crisis tengo entendido que usted era un yuppie.
J. -La verdad es que no me podía quejar y les estoy muy agradecido, pero aquella etapa quedó atrás y ahora vivo volcado en mi sueño de escritor.
E. – Su novela se titula: Necesitamos un cambio. El sueño de Islandia ¿Cómo fue su cambio de vida?
J. – Cambié de país, de idioma, de casa, de empleo –he trabajado de camarero y de mozo de almacén–, de cultura, de gente, de amigos, de clima, de medio de transporte –ahora me muevo en bicicleta a todas partes y ya me he acostumbrado a mojarme a diario –, volví a la universidad para aprender Islandés.
E. -Vaya, menudo cambio de vida. Debe de ser difícil aprender islandés a los 40 años.
J. -Sí, pero en la vida todo requiere un esfuerzo y el hombre debe continuar aprendiendo. Hay que luchar contra la pereza y el miedo. Hay que tomar decisiones sin darle oportunidad al cerebro de decir: “NO” o “MÁS TARDE”.
E. – ¿Para qué tanto sacrificio?
J. – Para ser libre. Si ganas tu sueldo, no tienes que pedir favores a nadie; y si te cuidas, no dependes de los medicamentos o los galenos.
E. – De director comercial a camarero. Debió de ser duro para usted.
J. – Se dice que bajar de escalafón es lo más duro, pero en mi caso, que fue por decisión propia, me hizo poner los pies en la tierra y recobrar la humildad. No conocer el idioma siempre te coloca en una posición de desventaja y, además, jamás había trabajado con las manos. Por un momento llegué a pensar que era el más inepto de todos y a perder la confianza en mí mismo. No obstante, tras la fase inicial, que siempre es la peor en cualquier cosa, me recuperé y conocí a gente maravillosa y tuve la oportunidad de ver la vida desde otro ángulo.
E. -Pero su nivel de vida habrá bajado.
J. Por supuesto, pero ahora gasto menos. En España ganaba mucho, pero a primero de mes el banco se lo llevaba casi todo. Siempre me aplico una frase de mi maestro de yoga, Ramón Casas, que dice: “ Qué no te falte de nada, pero que tampoco te sobre”.
E. – ¿Cómo se siente en Islandia? ¿Cómo le tratan los islandeses?
J. – Muy bien. Me siento como Sinuhé el Egipcio. Sin embargo, como en todas partes, no se puede pretender que te acepten a la primera. A la gente hay que ganársela poco a poco y con hechos. Primero hay que dar y luego recibir. Los que más se quejan, generalmente son los que menos dan. Hacer las cosas bien siempre tiene feedback.
E.- ¿Se ha inspirado en Islandia? ¿Ha acabado la novela?. ¿Qué ha hecho con ella?
J. – Sí, vivir aquí es un privilegio. Me ha inspirado mucho la naturaleza, los animales y el aire puro que se respira. He acabado la novela y todavía no he hecho nada al respecto, está en mi cajón. Sé que en cualquier momento vendrá alguien a buscarla.
E. -Por cierto, ¿de qué trata?
J. -De lo que estamos hablando.
E. – Interesante. Quiero leerla.

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